En el mes de junio Salamanca ha tenido el privilegio de contar con la Feria internacional de la alfarería y la cerámica.
Artesanos de diferentes lugares de España y Portugal expusieron en la plaza de los Bandos una muestra amplia de su desbordante creatividad.
Entre los puestos no podían faltar alfareros salmantinos como Tomás Pérez de Alba de Tormes que permitió adquirir creativas piezas de la famosa filigrana de Alba de Tormes entre otros objetos.
Desde Cespedosa de Tormes, otra localidad salmantina, los Hermanos Hernández ofrecieron un escaparate con sus lozas de vajillas para el uso cotidiano, enseres de barro refractario y objetos de decoración exclusivos decorados en esmaltes de llamativos colores.
Desde otra localidad con tradición alfarera, pero en ese caso gallega, se desplazó el artesano José Antonio Año de Buño (A Coruña), que mostró tres "líneas muy diferenciadas" de objetos de cerámica, "una de engobes, otra de cerámica roja y otra en gres", todos ellos obra suya y de su hijo Alberto Año.
En ese escaparate repleto de arte no faltó la presencia de cerámica de autor como la que llevó a la capital charra el artesano asturiano Florentino Iglesias de Lugones, Oviedo.
De otras provincias cercanas como Zamora, también hubo presencia, destacando la de artesanos de Pereruela, como Ramón García Casado que vendió "alfarería típica para los asados, cocidos y hornos de Pereruela".
El carácter internacional de esta feria fue puesto principalmente por Portugal, entre cuyos artesanos se encontraba Armando Moita de Ameal. Ofreció cerámica tradicional de Coimbra, copias o réplicas de piezas del siglo XVII, cuyos originales están custodiados en el Museo Machado de Castro. Entre las piezas en cerámica expuestas se pudieron adquirir imprescindibles lusos como el gallo, la sardina o la golondrina.
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